MURIO CARLOS BLAQUIER, EL EMPRESARIO BENEFICIADO POR LA DICTADURA

Murió el empresario partícipe del terrorismo de Estado Carlos Pedro Tadeo Blaquier. Pese a haber cometido crímenes de lesa humanidad, no enfrentó ningún proceso judicial. Estuvo durante más de cuatro décadas al frente de la empresa Ledesma, la principal compañía productora de azúcar y papel.

Blaquier murió impune a los 95 años después de un mes de internación. Dueño de una de las empresas agroalimentarias más importantes del país, fue procesado por secuestros ocurridos en 1976 en la zona de influencia del ingenio Ledesma en Jujuy hace once años, pero contó con la inestimable ayuda de la Corte Suprema y la Cámara Federal de Casación Penal para dilatar las investigaciones en su contra y evitar sentarse en el banquillo de los acusados.


Entre 1970 y 2013, Blaquier estuvo al frente de Ledesma. Antes del golpe, un grupo de intelectuales --que funcionaria como usina de ideas del régimen militar-- solía reunirse en su palacete de la calle Azcuénaga. Su apoyo a la dictadura fue explícito desde los primeros minutos, según pudo reconstruirse en las investigaciones judiciales que se llevaron adelante.

El presidente de la azucarera Ledesma fue ligado al operativo ilegal en Jujuy, en julio de 1976, en el que se estima hubo unas 400 personas secuestradas, de las cuales 55 aún continúan desaparecidas.

El hecho terminó con los secuestros de trabajadores de la empresa Ledesma, vecinos y referentes sindicales en las localidades jujeñas de Libertador General San Martín, Calilegua y El Talar, en Jujuy.


En un informe oficial sobre la responsabilidad empresarial en la dictadura publicado en 2015, se señaló a Ledesma SAAI como colaboradora activa y partícipe de la planificación de hechos represivos.


"Numerosos testimonios y documentos enseñan las formas de cómo directivos y altos empleados de Ledesma SAAI se involucraron en los secuestros de los trabajadores, algunos de los cuales se produjeron en la misma fábrica", dice el informe publicado en la web de la secretaría de Derechos Humanos.


"La participación de la empresa en una logística informativa ilegal, de carácter persecutorio, los estrechos vínculos de los directivos, incluido el dueño Pedro Blaquier, con los agentes de la represión, el rol clave de exmilitares como funcionarios privados, entre otros elementos, iluminan la responsabilidad empresarial en los crímenes de lesa humanidad", reza el documento.


Y agrega: "El caso de Ledesma se caracteriza por el poder económico que la empresa supo consolidar a través de la constante incorporación de tierras a su patrimonio; las diversas leyes azucareras dictadas durante los distintos gobiernos militares que la fueron la beneficiando y el sistemático incumplimiento de las leyes nacionales y provinciales que otorgaban derechos a los trabajadores, lo que determinó, aún durante períodos de crisis económica, un sostenido crecimiento de sus utilidades y ganancias".

Aunque el fallecido empresario negó en varias oportunidades ante la Justicia el haber sido partícipe de crímenes de lesa humanidad, alguna vez dijo repudiar "profundamente los atroces crímenes cometidos durante aquella época".


A mediados de 2012, Blaquier dijo que él y su empresa eran "totalmente inocentes y que las evidencias y otros elementos prueban que las imputaciones eran "falsas" y que "carecían de todo sustento".


"Se nos acusa de haber prestado camionetas de Ledesma S.A.A.I. a las fuerzas de seguridad para la detención ilegal de personas, y que cortamos la energía eléctrica en la  llamada noche del apagón , lo que habría facilitado las mencionadas detenciones". 


"Quiero que sepan que es totalmente falso que hayamos hecho estas cosas. Jamás prestamos vehículos a las fuerzas de seguridad", dijo en una carta.

Pese a haber cometido crímenes de lesa humanidad, no enfrentó ningún proceso judicial. Murió de viejo, lleno de plata y gozando de total impunidad. El infierno se puso un poco peor, pero en Argentina hay un poquito menos de olor a podrido.