EDESUR Y EDENOR: HISTORIA DE UNA PRIVATIZACION POR 100 AÑOS

Privatizadas en 1992, en pleno gobierno de Carlos Menem, hoy los recursos disponibles apenas alcanzan para un mantenimiento circunstancial pero no para las inversiones estructurales. Tuvo su pico máximo de crisis este verano, hecho que instaló la posibilidad de quitarles las concesiones. Pero, ¿Cómo y porqué se privatizó la luz en Argentina?.

En 1991 el Congreso aprobó la ley 24.065, que estableció el Marco Regulatorio Eléctrico, y estableció los ejes de la reestructuración: el sistema energético se desintegraba en tres segmentos, uno de generación, uno de transmisión y otro de distribución.


De este modo, las privatizaciones – que se concretaron en julio de 1992 – crearon siete unidades de negocio. Cuatro empresas encargadas de la generación eléctrica y tres distribuidoras (Edesur, Edenor y Edelap).

Los problemas que desataron las privatizaciones comenzaron al poco tiempo. Las empresas debían realizar obras fundamentales para prestar un servicio decente, aunque lejos estuvieron de hacerlo. El área que pertenecía a Edenor tenía conexiones más modernas, mientras que en el caso de Edesur, ya contaba con más parches y problemas. Hay conexiones de la década de 1940, 1950 que no se modernizaron.

Los cortes se repitieron insistentemente cada verano y en cada ocasión en que el termómetro subía de temperatura. En los últimos años, la oposición repitió el cuento de que por los subsidios a la electricidad era imposible prestar un servicio digno; mientras que las empresas reclamaban de forma insistente fuertes subas. En el Gobierno de Mauricio Macri eso sucedió: los tarifazos fueron del 3.000 por ciento y el servicio estuvo lejos de mejorar.

Más allá de los marcos regulatorios, las decisiones en lo que se refiere a inversiones quedó determinado por la obtención de beneficios empresarios destruyéndose la noción central y prioritaria de "bien público". Hoy en día, seguimos padeciendo las consecuencias de aquel proceso iniciado a mediados de los setenta y concretado en los noventa.

En los años 90 se construyó un "diagnóstico neoliberal" que afirmaba que el Estado era un gestor eficiente, "un elefante en un bazar" y que el capital privado era el único que estaba en condiciones de administrar los recursos esenciales como el gas, la electricidad, el petróleo, etc., que durante buena parte de la historia estuvieron bajo control del Estado. Este fue el discurso que sustentó la enajenación de empresas tales como YPF, SOMISA, Aerolíneas Argentinas, ENTEL, Obras Sanitarias y SEGBA, entre otras. Este proceso, quedó sentenciado cínicamente -entre festejos- en una famosa expresión de Roberto Dromi (Ministro de Obras y Servicios Públicos de la República Argentina durante la presidencia de Carlos Menem): "nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado".

Hoy El Ente Nacional de Regulación de Energía está realizando una auditoría sobre la empresa. Y presentará en 90 días un informe técnico al Congreso nacional para que evalúe quitarle la concesión.

La dueña de Edesur es la compañía italiana Enel que anunció su retiro de la Argentina y puso en venta los activos en el país, de la empresa que opera en el AMBA y que tiene 2,5 millones de usuarios. De esta manera, deberán presentar una estrategia de venta y de separación de los activos, para dejar Edesur en un plazo que vence a fines de este año.